Nueva Vida (3)
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Nueva Vida (3)
Les traigo dos nuevos mini capitulos, cualquier comentario, critica, idea, consejo o pregunta son bien recibidas. n_n Espero que sea de su agrado.
A la mañana siguiente, los cuatro chicos una vez vestidos y arreglados, recibiendo su primer día, bajaron las escaleras y se sentaron a la mesa, entusiasmados y hambrientos.
-Mmm…disculpen, no soy muy buena cocinera. He vivido sola por un tiempo y no había cocinado para alguien más aparte de mí.
-No te preocupes, muéstranos que has preparado. Seguramente nos cautivará- dijo Freddie.
Ella sonrió y comenzó a servirles en 4 platos hondos lo que parecía una especie de sopa color naranja.
-Es gazpacho- dijo Brian dando la primera cucharada.
-Así es.
-Me gusta-dijo John.
-A mi no…-se quejó Roger- No es de mi gusto. Por cierto, ¿no tienes un poco de vino?
-Sí, tengo una botella de vino…
-¡¿Enserio?!-Exclamó el rubio entusiasmado.
-¡No! Tú no mereces ni una gota, maleducado – le reprendió Brian señalándolo con la cuchara.
-Pero sabe feo.
-También preparé Setas, si gustas Roger.
-No, gracias.-Contestó.
-Deja de despreciar la comida casera.-inquirió Freddie- ¿Qué es lo que quieres?
-Nada, es solo que es pésima.
Al escuchar a Roger decir eso, John terminó escupiendo parte del vino.
-¿Ves? Creo que ni siquiera el vino era bueno, John acaba de escupirlo.
-¡Tú me hiciste escupirlo!
-¡Trae algo para limpiar todo eso, Taylor!-le gritó Brian
-Déjenlo, yo lo limpio. ¿Es eso cierto? …¿Soy pésima?...Les mencioné que no soy buena cocinando, debieron darse cuenta de ello-dijo Fátima con la mirada en el suelo.
-No, no te pongas así…
-Vamos al recibidor- ordenó Brian- Tenemos que hablar contigo Roger.
-Ha Ha, miren quien se puso a criticar sobre la comida… ¡El rubio que no sabe ni cómo preparar un huevo! ¿Cómo te sientes después de haberla herido? –inquirió Luzbel sentado en el marco del ventanal.
-¡Cállate, vete de aquí!
-Solo porque La Muerte se molestará si descubre que estoy aquí. No seas tonto y discúlpate, chico listo.- dijo Luzbel dándole una bofetada con una de sus alas antes de irse.
Sus amigos llegaron a donde él, y estando a punto de reprenderle. Roger les detuvo haciendo un gesto con la mano, para después volver a la cocina, donde Fátima estaba lavando los platos.
-¿Te puedo ayudar?
-No, Roger. No te molestes, ya casi termino.
-Oye, quería disculparme. Fui muy desconsiderado al comportarme así, cocinas bien, mucho mejor que yo…aunque no soy el único aquí que no sabe. ¿Podrías enseñarme?
A lo que ella asintió y le dio un fuerte abrazo, él le correspondió, mientras desde el marco de la puerta, sus tres amigos le observaron con una sonrisa.
-¡¿Qué fue eso?!- preguntó Fátima después de escuchar una especie de gruñido.
-Mi estomago ¿Me servirías otro plato de gazpacho? No lo terminé y aun tengo hambre.
-Claro que si-le contestó, dándole un tierno beso en la mejilla.
"La extraña manía"
-¡Rayos!- Exclamó Roger seguido de un aullido de dolor.
Sus tres amigos entraron rápidamente a la cocina asustados.
-¿Que es lo que ocurre?-preguntó John
-Me acabo de cortar con el cuchillo de cocina...¡¿No ves la sangre?!
-Tranquilo Rog, no pasa nada. Es solo una cortada, lávate la herida y vayamos a decirle a Fátima para que te ponga una venda- dijo Brian
-¿Venda? No me hagas reír, tendrá que apuntármelo y cosérmelo de nuevo.
-¿Pero de que hablas, fue muy profunda la cortada a caso?
-¡Pero qué asco un gusano!... - dijo John recogiendo algo del suelo con un mohín de desagrado- Ah, me equivoqué, acabo de encontrar tu índice amigo.
-¡Te has cortado el dedo por completo!- exclamó Freddie- pero que descuidado eres.
Roger asintió con la cabeza y descubrió su mano empapada de sangre, la piel estaba desprendida y la carne y el hueso se hallaban a la vista. Sus tres amigos le miran atentamente, al igual que él a su misma mano.
-¡Wow! No tenía idea de cómo se veía una mano con un dedo cercenado…-dice John.
-Yo tampoco…-añade Brian
Cuando en ese momento, el rubio absorto en la imagen de su mano, se ve interrumpido al ver y sentir el filo del cuchillo cortar de tajo su mano esta vez por completo a la altura de la muñeca.
-¡¿Idiota, que te pasa?!- exclama Roger enojado viendo a Brian con el cuchillo aun empuñado.
-¡Lo…Lo siento! No pude evitarlo…fue como un impulso, de pronto me comencé a preguntar cómo es que luciría si fuera una mano completamente cortada. La curiosidad me mató, Perdón.
-Está bien, bueno…yo también me lo pude haber preguntado alguna vez. Jamás imaginé como se vería realmente; de hecho, aprovechando que estamos muertos, podemos terminar con dudas como esas…-balbuceó el rubio casi como hechizado por el liquido carmesí.
Y con esas palabras comenzaron a ir más y más a fondo encontrando respuesta a esas “preguntas existenciales” y aprovechando su estado. Se encontraron sumamente entretenidos y absortos en el asunto, hasta que notaron que habían hecho del cuerpo de Roger una masa sanguinolenta de huesos desperdigados y tuvieron que llamar a su amiga, no solo para hacerse cargo de reconstruir al rubio, sino de limpiar la cocina, que habían dejado completamente teñida de rojo.
-Y así fue como empezó esa manía ¡¿Por qué no me explicaron esto?! Tengo que lidiar con que jueguen a deshacerse como muñecos cuando están aburridos… ¡y yo tengo que limpiar!-Exclamó Fátima con el entrecejo fruncido.
-Tranquila, además pueden hacer con sus cuerpos lo que quieran. No todos pueden hacer lo que ellos, si sabes a lo que me refiero; pueden sacar provecho de sí mismos para lo que sea. Que limpien su desastre, ellos tendrán que lavar sus ropas si las manchan de sangre… Tu solo te encargas de rearmarlos y eso es todo. -aclaró la Muerte- ¿Todos de acuerdo?
-¡Sí!- asintieron los cuatro jóvenes al unísono saliendo al jardín con todo lo que habían encontrado a la mano para “entretenerse”.
A la mañana siguiente, los cuatro chicos una vez vestidos y arreglados, recibiendo su primer día, bajaron las escaleras y se sentaron a la mesa, entusiasmados y hambrientos.
-Mmm…disculpen, no soy muy buena cocinera. He vivido sola por un tiempo y no había cocinado para alguien más aparte de mí.
-No te preocupes, muéstranos que has preparado. Seguramente nos cautivará- dijo Freddie.
Ella sonrió y comenzó a servirles en 4 platos hondos lo que parecía una especie de sopa color naranja.
-Es gazpacho- dijo Brian dando la primera cucharada.
-Así es.
-Me gusta-dijo John.
-A mi no…-se quejó Roger- No es de mi gusto. Por cierto, ¿no tienes un poco de vino?
-Sí, tengo una botella de vino…
-¡¿Enserio?!-Exclamó el rubio entusiasmado.
-¡No! Tú no mereces ni una gota, maleducado – le reprendió Brian señalándolo con la cuchara.
-Pero sabe feo.
-También preparé Setas, si gustas Roger.
-No, gracias.-Contestó.
-Deja de despreciar la comida casera.-inquirió Freddie- ¿Qué es lo que quieres?
-Nada, es solo que es pésima.
Al escuchar a Roger decir eso, John terminó escupiendo parte del vino.
-¿Ves? Creo que ni siquiera el vino era bueno, John acaba de escupirlo.
-¡Tú me hiciste escupirlo!
-¡Trae algo para limpiar todo eso, Taylor!-le gritó Brian
-Déjenlo, yo lo limpio. ¿Es eso cierto? …¿Soy pésima?...Les mencioné que no soy buena cocinando, debieron darse cuenta de ello-dijo Fátima con la mirada en el suelo.
-No, no te pongas así…
-Vamos al recibidor- ordenó Brian- Tenemos que hablar contigo Roger.
-Ha Ha, miren quien se puso a criticar sobre la comida… ¡El rubio que no sabe ni cómo preparar un huevo! ¿Cómo te sientes después de haberla herido? –inquirió Luzbel sentado en el marco del ventanal.
-¡Cállate, vete de aquí!
-Solo porque La Muerte se molestará si descubre que estoy aquí. No seas tonto y discúlpate, chico listo.- dijo Luzbel dándole una bofetada con una de sus alas antes de irse.
Sus amigos llegaron a donde él, y estando a punto de reprenderle. Roger les detuvo haciendo un gesto con la mano, para después volver a la cocina, donde Fátima estaba lavando los platos.
-¿Te puedo ayudar?
-No, Roger. No te molestes, ya casi termino.
-Oye, quería disculparme. Fui muy desconsiderado al comportarme así, cocinas bien, mucho mejor que yo…aunque no soy el único aquí que no sabe. ¿Podrías enseñarme?
A lo que ella asintió y le dio un fuerte abrazo, él le correspondió, mientras desde el marco de la puerta, sus tres amigos le observaron con una sonrisa.
-¡¿Qué fue eso?!- preguntó Fátima después de escuchar una especie de gruñido.
-Mi estomago ¿Me servirías otro plato de gazpacho? No lo terminé y aun tengo hambre.
-Claro que si-le contestó, dándole un tierno beso en la mejilla.
"La extraña manía"
-¡Rayos!- Exclamó Roger seguido de un aullido de dolor.
Sus tres amigos entraron rápidamente a la cocina asustados.
-¿Que es lo que ocurre?-preguntó John
-Me acabo de cortar con el cuchillo de cocina...¡¿No ves la sangre?!
-Tranquilo Rog, no pasa nada. Es solo una cortada, lávate la herida y vayamos a decirle a Fátima para que te ponga una venda- dijo Brian
-¿Venda? No me hagas reír, tendrá que apuntármelo y cosérmelo de nuevo.
-¿Pero de que hablas, fue muy profunda la cortada a caso?
-¡Pero qué asco un gusano!... - dijo John recogiendo algo del suelo con un mohín de desagrado- Ah, me equivoqué, acabo de encontrar tu índice amigo.
-¡Te has cortado el dedo por completo!- exclamó Freddie- pero que descuidado eres.
Roger asintió con la cabeza y descubrió su mano empapada de sangre, la piel estaba desprendida y la carne y el hueso se hallaban a la vista. Sus tres amigos le miran atentamente, al igual que él a su misma mano.
-¡Wow! No tenía idea de cómo se veía una mano con un dedo cercenado…-dice John.
-Yo tampoco…-añade Brian
Cuando en ese momento, el rubio absorto en la imagen de su mano, se ve interrumpido al ver y sentir el filo del cuchillo cortar de tajo su mano esta vez por completo a la altura de la muñeca.
-¡¿Idiota, que te pasa?!- exclama Roger enojado viendo a Brian con el cuchillo aun empuñado.
-¡Lo…Lo siento! No pude evitarlo…fue como un impulso, de pronto me comencé a preguntar cómo es que luciría si fuera una mano completamente cortada. La curiosidad me mató, Perdón.
-Está bien, bueno…yo también me lo pude haber preguntado alguna vez. Jamás imaginé como se vería realmente; de hecho, aprovechando que estamos muertos, podemos terminar con dudas como esas…-balbuceó el rubio casi como hechizado por el liquido carmesí.
Y con esas palabras comenzaron a ir más y más a fondo encontrando respuesta a esas “preguntas existenciales” y aprovechando su estado. Se encontraron sumamente entretenidos y absortos en el asunto, hasta que notaron que habían hecho del cuerpo de Roger una masa sanguinolenta de huesos desperdigados y tuvieron que llamar a su amiga, no solo para hacerse cargo de reconstruir al rubio, sino de limpiar la cocina, que habían dejado completamente teñida de rojo.
-Y así fue como empezó esa manía ¡¿Por qué no me explicaron esto?! Tengo que lidiar con que jueguen a deshacerse como muñecos cuando están aburridos… ¡y yo tengo que limpiar!-Exclamó Fátima con el entrecejo fruncido.
-Tranquila, además pueden hacer con sus cuerpos lo que quieran. No todos pueden hacer lo que ellos, si sabes a lo que me refiero; pueden sacar provecho de sí mismos para lo que sea. Que limpien su desastre, ellos tendrán que lavar sus ropas si las manchan de sangre… Tu solo te encargas de rearmarlos y eso es todo. -aclaró la Muerte- ¿Todos de acuerdo?
-¡Sí!- asintieron los cuatro jóvenes al unísono saliendo al jardín con todo lo que habían encontrado a la mano para “entretenerse”.
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