Esa tarde de otoño- Slash- Maylor

“Esa Tarde de Otoño” (Slash) (Maylor)

Advertencia: SI NO LES GUSTA EL SLASH, NO LEAN LA HISTORIA.
Gracias

Autora: Queenera_ceci

Se que suena raro, pero me dio por escribir Slash, se que no tengo experiencia en esto, pero con el tiempo ira mejorando.
Mientras escribo la introducción pienso de que podría ser… porque ya están hechas todas las parejas, Maycon, Taycon, Maylor… Maylor… Esta historia se trata de Brian y Roger… MAYLOR.

Corría el otoño, era la tarde, todos habíamos ido a casa de Brian, a hacerle compañía, el pobre tenia… tenia… Estaba enfermo… era y sigue siendo muy alérgico a las hojas de otoño, y mas si en tu casa tienes “dientes de león”.
El pobre no paraba de estornudar, en su cama habían 5 cajas de pañuelos, todas vacías, se podrían imaginar cual era el rango de la situación.

Brian: no pueden quedarse aquí porque… ATCHISSS!!!!!!!.... se contagiarían y no quiero que estén enfermos por mi culpa… ATCHÍÍÍÍÍÍSSSS!!!!
Freddie: yo no me muevo de aquí!!! No me iré hasta que tu mejores!!! Es un hecho!!! Me ofrezco a cuidarte…

Yo me moría de ganas por quedarme con el, atenderlo, cuidarlo, como yo no habría podido hacer antes, cuando nos conocimos, fue un momento que nunca olvidaré… pero algo en mi interior decía: “Roger, si te quedas, te contagiarás, enfermarás y tendrán que ponerte inyecciones, y tu sabes donde, en el lugar menos deseado”.
Mi cabeza daba vueltas, si interrumpía a Brian en su decisión, se darían cuenta de lo que pasaba, y si no, perdería la oportunidad más importante de mi vida, al final pasó esto:

Brian: pero tendré que despedir a la señora que me cuida… tú tienes que atender a Jim y se enojará si no vas, y varias veces Jim me ha regañado ATCHÍÍïïÍÍÍÍSSS!!! y no me gusta para nada…
Roger: yo me ofrezco!!! Recuerdo que tomé clases de… de… como cuidar enfermos… tengo certificado y toda la cosa… (Obviamente todo era mentira, yo no sabía ni como colocar una curita, menos cuidar a un enfermo, y más si es exigente y cansador como Brian, pero nada me impediría estar cerca del amor de mi vida).

Brian: está bien, Roger, si te contagias no es culpa mía.
Roger: bueno, amo… Brian.

Fui a mi casa a buscar algo de ropa, media hora después estaba de vuelta.

Roger: (entrando por la puerta) Brian!!!, estas bien???!!! Necesitas algo???!!!
Brian: (con el poco aliento que le quedaba de tanto estornudar) Nooo!!! ATCHIIIS!!!
Gracias, estaré bien!!!

Subí por las escaleras, y encontré a Brian durmiendo, como un angelito, con su mano bajo su cabeza, y su cabello castaño oscuro y rizado cayéndole sobre su cara.
Me quedé contemplándolo desde la puerta.
Fui a la sala a prepararme un café, es eso me dormí.
Cuando desperté eran las 12 de la noche, Brian estaba en su cuarto viendo televisión, un programa de preguntas y respuestas, a el le encantan esos programas, le gusta contestar las preguntas, aunque a el no se las hagan.
Le pregunté nuevamente si necesitaba algo, mientras acomodaba la manta que su madre había tejido para el en su espalda, y nuevamente me dijo que no. Así estuve toda la semana y cada vez se hacia mas frecuente. Reconozco que fui muy cargoso, hasta que un día…

Roger: Brian??? Quieres que te prepare café???
Brian: (fastidiado) NOOOOO!!!! NO QUIERO NADA!!! CUANTAS VECES QUIERES QUE TE LO REPITA?!?!?!?!
Roger: (me quede mirándolo, baje la vista) Ah, bueno, está bien… snif… te… te veo luego.

Bajé las escaleras corriendo, con un llanto contenido, llegué hasta la sala, me senté en el sillón y lloré, lloré y lloré, pensando que me odiaba, que no me hablaría nunca mas, lloré porque temía perderlo para siempre, lloré por mi amor casi imposible.
Me quedé llorando una hora más, hasta el punto en que mi llanto se sentía hasta el cuarto de Brian.
Entonces sentí que alguien bajaba las escaleras lentamente, con pasos débiles… ese “alguien” sabia que no podía levantarse de su cama, de lo contrario, como estaba tan débil podría caerse.

Brian: (bajando las escaleras) Roger??? Que te pasa??? Estás bien???

Al escuchar esas palabras, sequé mi llanto y automáticamente me levante del sillón, corrí hacia las escaleras, temiendo por la seguridad de Brian.
De repente cuando lo vi, pálido, muy débil, vi que sus piernas se doblaron, se abalanzó, sin querer, y cayó sobre mí. Lo sostuve, se quedó mirándome… entre mis brazos… con esos ojos color café… fijos sobre mi cara… y me dijo unos segundos después:

Brian: yo… yo… yo te amo… (Dijo suavemente) si… te amo.
Roger: sabes cuanto esperaba que esas bellas dos palabras salieran de tu hermosa boca?
Yo también te amo, eres todo mi universo, con estrellas, nebulosas y… tú sabes de eso.

Levanté a Brian, porque mis brazos no daban mas, lo llevé por las escaleras, como quien lleva a su esposa a la nueva casa, en este caso fue hacia su cuarto.
Nos recostamos en la cama y nos besamos, fuertemente, como nunca antes había besado yo a otra persona, me miró y me dijo, tomándome de mi cara:

Brian: Roger, no vuelvas a tu casa, quédate conmigo, no sabes cuanto te necesito.
No puedo imaginarme la vida si tu no estas en ella.

Y retomamos nuestro fuerte y cargado de amor beso, mientras, con las pocas fuerzas que le quedaban, hizo el intento de subir sobre mí, pero le dije:

Roger: Mi amor, déjamelo a mi…

Subí sobre el, mientras nos seguíamos besando. Y lo demás que ocurrió… no se los voy a contar… pero puedo asegurarles que nunca en mi vida viví algo como lo de esa tarde de otoño.