Campos de oro [2]
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Campos de oro [2]
Buenas, perdonen el retraso, pero la escuela no me dejaba en paz. En fin, espero que les agrade aunque no sea muy largo n.n
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Fernanda y Roger en busca del árbol de limones...
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Ya había anochecido. El cielo estaba lleno de hermosas y brillantes estrellas, como se trataba de una zona rural, aquellos astros se apreciaban sin problema alguno.
Fernanda se sentó con ellos y todos empezaron a comer. La comida era muy deliciosa. Nadie hablaba, pero Roger no podía dejar de mirarla, fue tan discreto, que ningún presente se había percatado.
-Fernanda, hija, ¿Podrías preparar un poco de agua de limón, por favor?- Preguntaba el Doctor.
-Sí, papá, no hay problema-Fernanda al decir esto, se levantó y fue a la cocina, llegó, agarró una vasija y la llenó de agua, colocó dentro ciertas cucharadas de azúcar, pero al momento de poner los limones, se había dado cuenta de que no había; buscó, buscó, y no los encontró. Salió de la cocina para decirle a su padre.
-Papá, ya no hay limones- Avisaba.
-Afuera está el árbol de limones, ve a cortar unos cuantos.- Respondía el padre.
-Pero, papá, está oscuro allá afuera, tú sabes que hay muchos animales, además, no sabemos si habrá alguien más...- Comentaba John asustado, pero fue interrumpido por su hermana.
-¡John!, deja de decir esas cosas; ¡Me estás asustando!- Comentaba Fernanda con una expresión de miedo en el rostro, no podían negarlo, se veía tierna, y Roger fue el primero en darse cuenta de eso.
-Lo siento, hija, pero aunque John diga cosas que te asusten, no puedo evitar pensar que es verdad, además el árbol de limones está algo lejos, mejor iré yo...-
-No, papá, tú acabas de recuperarte de una Neumonía- Decía John
-Si quieren yo puedo ir- Decía Brian sonrojándose un poco y mirando de lado el suelo.
-Está bien, Brian, pero tendrás que ir con Fernanda, porque yo no sé en dónde está el árbol- Explicaba John
Roger miró a Brian con un poco de enojo, y se mostraba claramente que el que Brian saliera a solas con Fernanda le molestaba de algún modo.
-Claro, yo lo guío, vamos, Brian- Decía Fernanda sonriéndole de manera amable. Brian, al ver su sonrisa, se sonrojó, no fue muy discreto, por lo que ella, rápidamente se dio cuenta y se sonrojó de igual manera.
Roger se sentía celoso, pero por alguna extraña razón no podía identificar el porqué. No le quitaba la vista de encima a la chica, y ahora, tampoco a Brian. Por primera vez lo veía con mucho enojo.
Freddie seguía comiendo, pero éste, como buen amigo y conocedor de sus colegas, se percató casi irreflexivamente de la situación en la que se encontraba Roger, con esa mirada fría hacia Brian, y cariñosa hacia Fernanda. Para Freddie fue más que obvio, así que quiso tomar medidas...
-Ehm, Brian, has de estar muy cansado, además, te lastimaste hace rato, yo opino que debes reposar unos momentos antes de volver a salir- Comentaba, Freddie.
-Sí, tienes razón, pero no puedo dejar que ella vaya sola- Exponía Brian.
-No te preocupes... Mejor pídele a Roger, tú sabes, él tiene más experiencia con respecto a ese tipo de cosas, y es más fuerte que nosotros- Respondía Fred.
Roger, al oír estas palabras, dirigió la vista hacia Freddie, con la mirada iluminada, y sonriendo dando la impresión de que quería decir "Muchas gracias". Y Fred, le devolvió la mirada con un “No hay de qué”.
-Claro, entonces, vamos, Roger- Volvía a decir la chica, ahora un poco más sonrojada.
Los dos salieron de la casa por la puerta trasera, había un césped un tanto alto. Roger la miró pasar y se dio cuenta de que él era más alto que ella… Tal vez había mucha diferencia de edad, según él.
La luna era lo único que alumbraba el enorme pastizal, se oían sonidos extraños como de búhos, y de cosas moviéndose entre los arbustos. Roger la miraba constantemente y se percató de que tenía una expresión de miedo en el rostro.
Fernanda miraba a Roger un poco nerviosa, parecía algo incómoda estando con él a solas. Por lo que Roger pensaba que le molestaba su presencia.
-¿Hay algún problema?-Preguntaba Roger preocupado y agachando la mirada. Pero Fernanda estaba distraída mirando asustada el lugar.
-¿Perdón?- Preguntaba Fernanda de nuevo.
-Veo que estás un poco asustada- Explicaba Roger tímidamente.
-Sólo un poco, verás; no salgo por las noches, y me da un poco de miedo-Respondía ella dulcemente y con amabilidad, pero sin disimular aún su nerviosismo.
-No tengas miedo; Estás conmigo, para eso te acompañé- Comentaba Roger
-Sí, lo sé, sólo que estoy algo nerviosa eso es todo- Volvía a decir Fernanda con una sonrisa en el rostro.
- ¿Nerviosa? ¿Te pone nerviosa estar conmigo?- Preguntaba curiosamente Roger
-La verdad es que, jamás había estado con otro chico-
-¿Otro chico?-Preguntaba Roger un tanto decepcionado
-Sí, me pongo algo nerviosa-
-O sea que tienes novio –Decía Roger muy decepcionado y agachando la cabeza.
-¿Pero cómo puedes pensar eso?, mi padre jamás me lo permitiría, me refería a que no había estado con otro muchacho a parte de John.-
-Entonces, ¿Me estás diciendo que no conoces a más muchachos?- Al preguntar esto, la mirada de Roger cambió; se le iluminaron los ojos, y sonrió disimuladamente.
-No… Ni siquiera tengo amigos, mi padre es muy estricto respecto a eso- Fernanda agachó la cabeza
-¿Nunca has tenido novio?
-No…
-Yo tampoco, en el pueblo no hay muchas chicas, y las pocas que hay no son de mi agrado-Comentaba él.
-Ya veo… ¿Entonces tú tampoco has tenido pareja nunca?- Preguntaba ella distraídamente
-No… Y jamás he besado a alguien- Explicaba Roger
-Mi papá dice que los novios son dañinos para las chicas…-Decía ella agachando la cabeza con algo de pena.
-No es verdad…- Desmentía Roger
-Lo sé, he leído muchos libros de amor donde las parejas comienzan siendo novios y se casan… Yo quisiera una historia así- Decía Fernanda cursimente…
-Podrías conseguirte a alguien así-
-No lo sé, mi papá me dijo que cuando sea mayor me casará con alguien escogido por él, pero siento que a él no le interesan mis sentimientos.
-Mi padre suele decirme que la chica con la que debo casarme debe amarme a mí, y yo la debo amar a ella por sobre todas las cosas-
-Jeje, yo quisiera que mi papá pensara igual que el tuyo- Decía Fernanda con una linda sonrisa, mientras que Roger la miraba tierna y fijamente.
-Eres… Eres muy bonita-Le decía Roger a Fergie, casi sin darse cuenta…
-Graa… Gracias, Roger, y tú eres muy guapo- Decía Fergie sonrojándose impresionantemente mientras bajaba su mirada.
Caminaron un poco más, el pasto era largo, les llegaba arriba de las rodillas, zumbidos de moscos, y otros animales ponzoñosos irreconocibles, fueron lo único que se oía junto con el sonido que generaba el viento al mover hojas y ramas. No tardaron mucho en llegar a aquel pequeño árbol repleto de jugosos y maduros limones.
-Cortaré unos cuantos- Avisaba Fernanda. Se subió en una pequeña piedra, puesto que, su baja estatura no le permitía alcanzar dichos frutos. Roger, al verla subirse a la piedra, pararse de puntitas y estirarse un poco, sintió mucha ternura, era pequeña.
-¿Necesitas ayuda?- Preguntaba Roger con amabilidad, pero con un toque de superioridad.
-Ehm, no, así estoy bien, gracias- Respondía ella un poco cortada, pues hacía esfuerzo estirándose. Había visto un enorme y jugoso limón y se estaba empeñando en conseguirlo.
-Pero, Fernanda, así nunca lo vas a alcanzar, permíteme ayudarte- Roger, con mucha facilidad, estiró uno de sus brazos, cortó el fruto y se lo extendió a ella.
Fernanda lo tomó mientras miraba el rostro sonrojado de Roger.
-Muchas gracias- Respondió a su acto. Continuaron cortando limones mientras Roger la miraba de reojo constantemente. Habían recolectado casi veinte limones, al darse cuenta de que ya eran suficientes, Fernanda, con una mirada, avisaba que ya era hora de regresar.
Todos los limones los habían introducido a una bolsa que traían, Roger la tomó y se encaminaron de regreso a la casa. Mientras tanto, había un silencio un tanto incómodo por parte de ellos. Pero Roger no quería quedar como el sujeto “aburrido” así que comenzó a entablar una plática.
-¿Estudias?- Preguntó Roger con un tono tranquilo, no quería parecer desesperado.
-Sí, en casa ¿Y tú?- Preguntaba ella tímidamente.
-No, yo ayudo a mi padre en una granja- Respondía de igual manera.-Pero sé leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir, asistí a la escuela primaria y necesito ayudar con los gastos. Suelo leer de vez en cuando, sólo una cosa, no le digas a tu papá que soy granjero, eso terminaría con la amistad que tengo con John
-¡Wow!, Una granja, jamás he ido a una, ¿Algún día podrías llevarme?- Decía Fernanda emocionada.
-Claro que sí, de hecho, podría decirte que es muy divertido, recolectamos huevos, ordeñamos vacas, sembramos, le damos de comer a los animales, incluso podría enseñarte… Si quieres- Roger colocó su mano detrás de su cuello, mientras miraba el suelo un poco sonrojado aunque sonriendo.
Fergie se detuvo en seco, se situó enfrente de él, lo tomó de las manos y le respondió con un “Claro, me encantaría”
Roger no podía moverse. Hipnotizado por aquellos bellos ojos, sólo atinó a balbucear cosas sin sentido…
CONTINUARÁ.
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Fernanda y Roger en busca del árbol de limones...
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Ya había anochecido. El cielo estaba lleno de hermosas y brillantes estrellas, como se trataba de una zona rural, aquellos astros se apreciaban sin problema alguno.
Fernanda se sentó con ellos y todos empezaron a comer. La comida era muy deliciosa. Nadie hablaba, pero Roger no podía dejar de mirarla, fue tan discreto, que ningún presente se había percatado.
-Fernanda, hija, ¿Podrías preparar un poco de agua de limón, por favor?- Preguntaba el Doctor.
-Sí, papá, no hay problema-Fernanda al decir esto, se levantó y fue a la cocina, llegó, agarró una vasija y la llenó de agua, colocó dentro ciertas cucharadas de azúcar, pero al momento de poner los limones, se había dado cuenta de que no había; buscó, buscó, y no los encontró. Salió de la cocina para decirle a su padre.
-Papá, ya no hay limones- Avisaba.
-Afuera está el árbol de limones, ve a cortar unos cuantos.- Respondía el padre.
-Pero, papá, está oscuro allá afuera, tú sabes que hay muchos animales, además, no sabemos si habrá alguien más...- Comentaba John asustado, pero fue interrumpido por su hermana.
-¡John!, deja de decir esas cosas; ¡Me estás asustando!- Comentaba Fernanda con una expresión de miedo en el rostro, no podían negarlo, se veía tierna, y Roger fue el primero en darse cuenta de eso.
-Lo siento, hija, pero aunque John diga cosas que te asusten, no puedo evitar pensar que es verdad, además el árbol de limones está algo lejos, mejor iré yo...-
-No, papá, tú acabas de recuperarte de una Neumonía- Decía John
-Si quieren yo puedo ir- Decía Brian sonrojándose un poco y mirando de lado el suelo.
-Está bien, Brian, pero tendrás que ir con Fernanda, porque yo no sé en dónde está el árbol- Explicaba John
Roger miró a Brian con un poco de enojo, y se mostraba claramente que el que Brian saliera a solas con Fernanda le molestaba de algún modo.
-Claro, yo lo guío, vamos, Brian- Decía Fernanda sonriéndole de manera amable. Brian, al ver su sonrisa, se sonrojó, no fue muy discreto, por lo que ella, rápidamente se dio cuenta y se sonrojó de igual manera.
Roger se sentía celoso, pero por alguna extraña razón no podía identificar el porqué. No le quitaba la vista de encima a la chica, y ahora, tampoco a Brian. Por primera vez lo veía con mucho enojo.
Freddie seguía comiendo, pero éste, como buen amigo y conocedor de sus colegas, se percató casi irreflexivamente de la situación en la que se encontraba Roger, con esa mirada fría hacia Brian, y cariñosa hacia Fernanda. Para Freddie fue más que obvio, así que quiso tomar medidas...
-Ehm, Brian, has de estar muy cansado, además, te lastimaste hace rato, yo opino que debes reposar unos momentos antes de volver a salir- Comentaba, Freddie.
-Sí, tienes razón, pero no puedo dejar que ella vaya sola- Exponía Brian.
-No te preocupes... Mejor pídele a Roger, tú sabes, él tiene más experiencia con respecto a ese tipo de cosas, y es más fuerte que nosotros- Respondía Fred.
Roger, al oír estas palabras, dirigió la vista hacia Freddie, con la mirada iluminada, y sonriendo dando la impresión de que quería decir "Muchas gracias". Y Fred, le devolvió la mirada con un “No hay de qué”.
-Claro, entonces, vamos, Roger- Volvía a decir la chica, ahora un poco más sonrojada.
Los dos salieron de la casa por la puerta trasera, había un césped un tanto alto. Roger la miró pasar y se dio cuenta de que él era más alto que ella… Tal vez había mucha diferencia de edad, según él.
La luna era lo único que alumbraba el enorme pastizal, se oían sonidos extraños como de búhos, y de cosas moviéndose entre los arbustos. Roger la miraba constantemente y se percató de que tenía una expresión de miedo en el rostro.
Fernanda miraba a Roger un poco nerviosa, parecía algo incómoda estando con él a solas. Por lo que Roger pensaba que le molestaba su presencia.
-¿Hay algún problema?-Preguntaba Roger preocupado y agachando la mirada. Pero Fernanda estaba distraída mirando asustada el lugar.
-¿Perdón?- Preguntaba Fernanda de nuevo.
-Veo que estás un poco asustada- Explicaba Roger tímidamente.
-Sólo un poco, verás; no salgo por las noches, y me da un poco de miedo-Respondía ella dulcemente y con amabilidad, pero sin disimular aún su nerviosismo.
-No tengas miedo; Estás conmigo, para eso te acompañé- Comentaba Roger
-Sí, lo sé, sólo que estoy algo nerviosa eso es todo- Volvía a decir Fernanda con una sonrisa en el rostro.
- ¿Nerviosa? ¿Te pone nerviosa estar conmigo?- Preguntaba curiosamente Roger
-La verdad es que, jamás había estado con otro chico-
-¿Otro chico?-Preguntaba Roger un tanto decepcionado
-Sí, me pongo algo nerviosa-
-O sea que tienes novio –Decía Roger muy decepcionado y agachando la cabeza.
-¿Pero cómo puedes pensar eso?, mi padre jamás me lo permitiría, me refería a que no había estado con otro muchacho a parte de John.-
-Entonces, ¿Me estás diciendo que no conoces a más muchachos?- Al preguntar esto, la mirada de Roger cambió; se le iluminaron los ojos, y sonrió disimuladamente.
-No… Ni siquiera tengo amigos, mi padre es muy estricto respecto a eso- Fernanda agachó la cabeza
-¿Nunca has tenido novio?
-No…
-Yo tampoco, en el pueblo no hay muchas chicas, y las pocas que hay no son de mi agrado-Comentaba él.
-Ya veo… ¿Entonces tú tampoco has tenido pareja nunca?- Preguntaba ella distraídamente
-No… Y jamás he besado a alguien- Explicaba Roger
-Mi papá dice que los novios son dañinos para las chicas…-Decía ella agachando la cabeza con algo de pena.
-No es verdad…- Desmentía Roger
-Lo sé, he leído muchos libros de amor donde las parejas comienzan siendo novios y se casan… Yo quisiera una historia así- Decía Fernanda cursimente…
-Podrías conseguirte a alguien así-
-No lo sé, mi papá me dijo que cuando sea mayor me casará con alguien escogido por él, pero siento que a él no le interesan mis sentimientos.
-Mi padre suele decirme que la chica con la que debo casarme debe amarme a mí, y yo la debo amar a ella por sobre todas las cosas-
-Jeje, yo quisiera que mi papá pensara igual que el tuyo- Decía Fernanda con una linda sonrisa, mientras que Roger la miraba tierna y fijamente.
-Eres… Eres muy bonita-Le decía Roger a Fergie, casi sin darse cuenta…
-Graa… Gracias, Roger, y tú eres muy guapo- Decía Fergie sonrojándose impresionantemente mientras bajaba su mirada.
Caminaron un poco más, el pasto era largo, les llegaba arriba de las rodillas, zumbidos de moscos, y otros animales ponzoñosos irreconocibles, fueron lo único que se oía junto con el sonido que generaba el viento al mover hojas y ramas. No tardaron mucho en llegar a aquel pequeño árbol repleto de jugosos y maduros limones.
-Cortaré unos cuantos- Avisaba Fernanda. Se subió en una pequeña piedra, puesto que, su baja estatura no le permitía alcanzar dichos frutos. Roger, al verla subirse a la piedra, pararse de puntitas y estirarse un poco, sintió mucha ternura, era pequeña.
-¿Necesitas ayuda?- Preguntaba Roger con amabilidad, pero con un toque de superioridad.
-Ehm, no, así estoy bien, gracias- Respondía ella un poco cortada, pues hacía esfuerzo estirándose. Había visto un enorme y jugoso limón y se estaba empeñando en conseguirlo.
-Pero, Fernanda, así nunca lo vas a alcanzar, permíteme ayudarte- Roger, con mucha facilidad, estiró uno de sus brazos, cortó el fruto y se lo extendió a ella.
Fernanda lo tomó mientras miraba el rostro sonrojado de Roger.
-Muchas gracias- Respondió a su acto. Continuaron cortando limones mientras Roger la miraba de reojo constantemente. Habían recolectado casi veinte limones, al darse cuenta de que ya eran suficientes, Fernanda, con una mirada, avisaba que ya era hora de regresar.
Todos los limones los habían introducido a una bolsa que traían, Roger la tomó y se encaminaron de regreso a la casa. Mientras tanto, había un silencio un tanto incómodo por parte de ellos. Pero Roger no quería quedar como el sujeto “aburrido” así que comenzó a entablar una plática.
-¿Estudias?- Preguntó Roger con un tono tranquilo, no quería parecer desesperado.
-Sí, en casa ¿Y tú?- Preguntaba ella tímidamente.
-No, yo ayudo a mi padre en una granja- Respondía de igual manera.-Pero sé leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir, asistí a la escuela primaria y necesito ayudar con los gastos. Suelo leer de vez en cuando, sólo una cosa, no le digas a tu papá que soy granjero, eso terminaría con la amistad que tengo con John
-¡Wow!, Una granja, jamás he ido a una, ¿Algún día podrías llevarme?- Decía Fernanda emocionada.
-Claro que sí, de hecho, podría decirte que es muy divertido, recolectamos huevos, ordeñamos vacas, sembramos, le damos de comer a los animales, incluso podría enseñarte… Si quieres- Roger colocó su mano detrás de su cuello, mientras miraba el suelo un poco sonrojado aunque sonriendo.
Fergie se detuvo en seco, se situó enfrente de él, lo tomó de las manos y le respondió con un “Claro, me encantaría”
Roger no podía moverse. Hipnotizado por aquellos bellos ojos, sólo atinó a balbucear cosas sin sentido…
CONTINUARÁ.
Fergie Taylor May- spread your wings
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Edad : 27
Localización : Mi mundo de fantasías rockers donde me fastidian mis fans imaginarios ¬¬
Fecha de inscripción : 25/10/2010
Re: Campos de oro [2]
Tenía tanto esperándolo! Me encantó!*o* síguelo:(
AnndRea Taylor- spread your wings
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Edad : 25
Localización : Londres, Inglaterra *w*
Fecha de inscripción : 29/05/2012
Re: Campos de oro [2]
aaww...Que tierno :33 me gusta mucho este fic, continualo... n_n
Fati Mercury- spread your wings
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Edad : 29
Fecha de inscripción : 08/09/2010
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